Durante la segunda revolución industrial, 1850 a 18700, existieron muchas transformaciones socio económicas interrelacionadas. Los cambios se aceleraron fuertemente. Estos procesos cambiaron su naturaleza. Las innovaciones técnicas concentradas esencialmente, en fuentes de energía como el gas, el petróleo o la electricidad; nuevos materiales y nuevos sistemas de transporte y nuevos sistemas de comunicación indujeron transformaciones en cadena que afectaron al factor trabajo y al sistema educativo y científico.
Los progresos técnicos aplicados a la maquinaria hicieron posible el capitalismo de la Primera Revolución Industrial. Este capitalismo era producto del librecambismo y se basaba en la ley de la oferta y la demanda, en la libertad de trabajo y en la libre concurrencia. Había que producir a precios cada vez más bajos para triunfar sobre la competencia, y de ahí la necesidad de un aumento paulatino de la mecanización y de capitales para la maquinaria. En este período, los empresarios eran todavía capaces de financiar a escala familiar sus industrias y fábricas con los ahorros, beneficios o excedentes de la agricultura.
El continuo crecimiento industrial exige un crecimiento paralelo del capital necesario para financiarlo. Los bancos controlan ahora los capitales y las inversiones realizadas en la industria, que, al ser de un alto nivel, hacen necesaria la disponibilidad de créditos. De ahí la tendencia a la concentración del capital bancario.
Los progresos técnicos aplicados a la maquinaria hicieron posible el capitalismo de la Primera Revolución Industrial. Este capitalismo era producto del librecambismo y se basaba en la ley de la oferta y la demanda, en la libertad de trabajo y en la libre concurrencia. Había que producir a precios cada vez más bajos para triunfar sobre la competencia, y de ahí la necesidad de un aumento paulatino de la mecanización y de capitales para la maquinaria. En este período, los empresarios eran todavía capaces de financiar a escala familiar sus industrias y fábricas con los ahorros, beneficios o excedentes de la agricultura.
El continuo crecimiento industrial exige un crecimiento paralelo del capital necesario para financiarlo. Los bancos controlan ahora los capitales y las inversiones realizadas en la industria, que, al ser de un alto nivel, hacen necesaria la disponibilidad de créditos. De ahí la tendencia a la concentración del capital bancario.
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